FRUTOS DE OTOÑO

En el hemisferio norte y de forma mas concreta en la Península Ibérica, hay cuatro estaciones durante el año. La del Otoño, ocupa desde mediados de Septiembre a mediados de Diciembre, tras el que comienza un invierno, en muchos lugares duro, por el frío intenso, las heladas y nieve en bastantes ocasiones.

Una vez pasados los rigores calurosos del verano, el Otoño es un regalo de la naturaleza, tanto por el clima como por los frutos que podemos encontrar en el campo y en la montaña.

Setas:

Son un conjunto de hongos pluricelulares que abarcan muchas especies. Suelen crecer en un ambiente húmedo y son muy apreciados en la cocina. Hay que tener mucho cuidado con algunas variedades que son venenosas y que cada año producen accidentes mortales entre la población. Lo recomendable es ir con alguien que las conozca y no arriesgarse, ya que el parecido entre especies puede dar lugar a confusión.
Las variedades mas apreciadas dependen de la zona geográfica en que se encuentren. Níscalos, seta de cardo, setas de chopo y un amplio etcétera.



Moras:

Son los frutos de unos arbustos espinosos llamados zarzas. Los frutos son de color rojo cuando todavía no están maduros y negros cuando lo están. Están formados por pequeños granitos y tintan todo aquello que tocan. Se pueden comer tal cual y obtener mermeladas, que con un poco de azúcar, están muy sabrosos.



Membrillo:

El membrillo es el fruto de un árbol frutal, emparentado con el manzano o el peral. Es de color amarillo intenso, de sabor áspero, que no se puede comer crudo. Se elabora un dulce llamado "carne de membrillo" ideal para acompañar con queso fresco, requesón o untado en pan con un poco de mantequilla. También se puede acompañar con frutos secos de temporada.



Higos:

Los higos son la fruta del árbol llamado higuera. Son granulosos por dentro y de un exquisito sabor dulce. Se pueden comer como fruta de temporada o elaborar dulce y mermelada. Son muy apreciados en la cocina porque sirve para elaborar salsas que acompañen a multitud de platos.



Nuez:

Los nogales, árboles de gran tamaño caducifolios, dan unos frutos que al secarse desprende lo que conocemos por la nuez. Es muy apreciado en repostería y para acompañar queso fresco, higos secos o para comer tal cual, debido a su gran aporte energético. También se obtiene aceite de nuez, diciendo los expertos que tiene la propiedad de reducir el colesterol.



Castaña:

La castaña es uno de los frutos secos mas típicos del otoño. Se puede consumir cruda, hervida, asada o dulce. Muy apreciada en repostería donde se fabrica un dulce típico llamado "marrón glacé".
La noche de Todos los Santos es típico comer castañas asadas, acompañadas por el dulce típico de la época y regadas con vino dulce.




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